martes, 9 de septiembre de 2014

- Bianditz

Tras unas cuantas salidas al Pirineo, ya me iba apeteciendo hacer algo mas suave y cerca de casa. Siempre es agradable disfrutar de esos montes que me han visto crecer, esos cordales con sus cimas redondeadas y el ganado pastando a su aire. Esta zona tiene todo esto y también algo que buscamos muy a menudo, tranquilidad.

Desde al antiguo merendero Sorondo parte una pista que lleva a las alturas, recorriendo un bonito cordal visitaremos varias cimas hasta llegar a Bianditz, cota mas elevada del día.

Fecha: 6/9/2014


Una sinuosa carretera sube a Artikutza pasando por el barrio de Karrika. Entramos en un pequeño paraíso de gran riqueza paisajística.



En mi infancia me traían mucho a estos montes, aquí no necesitaba nada mas para ser feliz. El tiempo se paraba y te olvidabas de los pocos problemas que uno pudiese tener.  El olor de la hierba, el sonido de los grillos...todo era una fiesta para los sentidos. Tras pasar la mañana bajábamos a Sorondo a comernos un rico bocata donde reponer energías.




Hay muchos lugares que invitan a sentarse a almorzar o simplemente a tumbarse en la hierba. Son lugares que huelen a humedad, a boletus y a castañas asadas.

Una ventana en el bosque me regala estas bonitas vistas. Son momentos que duran poco, que no esperan a nadie, de hecho llegaba algo tarde para mi gusto. Pero por otro lado, lo bonito de la montaña es que el mismo paisaje nunca suele ser el mismo, puedes volver otro día que seguro que algo ha cambiado.

Camino a Zaria. Son fechas en las que el helecho a veces nos gana en altura, las telas de araña nos envuelven una y otra vez  y los caballos están sumidos en esa perpetua pelea personal contra las moscas y todo tipo de insectos zumbantes.

En un día en el que no hay prisas, sentarse junto a las ovejas a echar un trago de agua mientras disfrutamos de la vistas suele ser una buenísima idea.

Donde no importa qué monte o qué valle será aquel, y mucho menos echar mano del Gps para comprobar los kilómetros recorridos o el desnivel acumulado.



Esta estación no ha sido especialmente calurosa, diría que todo lo contrario. Yuma ha tenido mucha suerte, ya que este atípico verano le ha dado la oportunidad de disfrutar de grandes recorridos por el Piri en toda su intensidad. Pero hoy no está siendo como esas otras salidas, hoy hace mas calor y anda algo floja...aunque tod@s podemos tener un mal día.



La calima, ese enemigo del paisaje. Muchas veces nos limita y nos obliga a fijamos sólo en lo que tenemos cerca porque cuanto mas lejos miremos mas intenso se vuelve este incómodo fenómeno.


También es cierto que no todo van a ser suaves pendientes...Bunaniarri no se gana fácilmente, nos hará sudar. En sus alrededores hay varios clomlech repartidos por el lugar.


El olor a salitre parece notarse empujado por el aire de la costa. Tenemos la suerte de poder disfrutar de lugares donde mar y montaña se dan la mano.


Bunaniarri

Es todo un placer caminar por las alturas inmerso en tus propios pensamientos, en un sube y baja constante donde las vistas que tenemos alrededor van cambiando a medida que recorremos el cordal.


Un alto en el camino bajo la sombra de un árbol.


Bianditz

Sentado en su cima, lejos del bullicio de la ciudad y su vertiginoso ritmo constante, uno no puede estar mas agradecido por estos momentos. Momentos que nos cargan las pilas para así afrontar de la mejor manera posible esta carrera sin freno y llena de sorpresas que es la vida.